Descanso en familia: el mejor antídoto contra el estrés

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 ¿Quién no ha deseado que llegue el fin de semana para descansar? Un puente, las vacaciones de verano, un día festivo…

Las variadas tareas que desempeña una persona en su día a día pueden ser origen de estrés. La conciliación de la vida laboral y familiar es la mayor preocupación del 50 % de los trabajadores españoles, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El estrés aparece como consecuencia de la inestabilidad del mercado laboral, problemas de organización y por el sentimiento de culpa que produce pensar que se dedica más tiempo al trabajo que a la familia. Un buen remedio contra la enfermedad de las prisas es pasar más tiempo en familia y descansar juntos. Signos te ofrece las claves y trucos para conseguirlo.

¿Quién no ha deseado que llegue el fin de semana para descansar?

Un puente, las vacaciones de verano, un día festivo…Los niños, el colegio, el trabajo, ese arreglo que hay que hacer en el hogar, la compra, las facturas, los problemas económicos, llenan nuestra jornada diaria.  Y cuando queremos tener un rato para el descanso en familia, resulta que no nos queda tiempo.

Lo verdaderamente importante es que tengamos suficiente tiempo para compartir con los hijos y con el cónyuge. Para ello es necesario que existan momentos para disfrutar en familia, que permitan conocerse mejor, contar lo que hace cada uno, lo que gusta y lo que preocupa, para poder ayudarse y pasarlo bien juntos.

“Muchas veces no es necesario disponer de mucho tiempo, sino que sepamos utilizarlo correctamente”, según palabras de José María Lahoz García, pedagogo, orientador escolar y profesional. “Algunos padres pasan largos ratos con los hijos, pero están con ellos mientras está la tele encendida, hacen la cena, hablan por teléfono y otras mil cosas a la vez, sin prestar demasiada atención a «estar» realmente con ellos”.

Según el especialista Lahoz García, “quizás es mejor para un niño que los padres sólo dispongan de un par de horas para estar con ellos, dibujando, yendo en bicicleta o explicando un cuento. Ese es un tiempo de convivencia de calidad, porque la  atención está centrada en los hijos y ellos lo notan y lo agradecen”.

Por su parte, José María Postigo, orientador familiar de la Asociación FERT de Barcelona y padre de familia numerosa, habla sobre la importancia del tiempo de ocio en la familia: «El tiempo de calidad que dediquemos a nuestros hijos, nada tiene que ver con la cantidad de horas que estemos con ellos».

Postigo se centra en los momentos vividos en familia, que «aunque parezcan pequeños, tienen vital importancia en la educación de los hijos»: el cuento de la noche, la comida familiar, el ocio vivido en familia: museos, deporte con los hijos, etc.

La familia y el descanso frenan la obesidad infantil

La revista Pediatrics ha lanzado un estudio en su último número en el que  sugiere que cenar en familia, dormir ocho horas y limitar el tiempo dedicado a la televisión puede ser la mejor receta para frenar la obesidad infantil. La combinación de estos tres hábitos reduciría hasta en un 40 por ciento el riesgo de sobrepeso en los niños.

El estudio, realizado por las universidades de Ohio y Temple (ambas en Estados Unidos), contó con una muestra de 8.550 niños nacidos en 2001. Tras analizar su estilo de vida comprobaron que entre los que cumplían estos requisitos la prevalencia de obesidad era de un 14,3 por ciento y entre los que no respetaban estas prácticas el porcentaje ascendía al 24,5.

El domingo, el día soñado

Benedicto XVI  ha recordado a la sociedad que “es indispensable que el hombre no se deje esclavizar por el trabajo, que no lo idolatre, intentando encontrar en él el sentido último de la vida”. En este contexto, afirmó «que la enseñanza bíblica sobre el trabajo halla su coronación en el mandamiento del descanso».

Así, hemos de encontrar tiempo para que el domingo sea, realmente, un día de plenitud, de amor, de familia, de solidaridad. Es mejor un domingo con tiempo para la reflexión y para el descanso que un domingo lleno con cientos de compromisos que nos absorben completamente y nos apartan de lo verdaderamente importante.

El domingo debe ser, de modo especial, un momento para la familia. Ya lo recordó el Papa Juan Pablo II en su carta sobre el “Día del Señor”, escrita en 1998: “Por medio del descanso dominical, las preocupaciones y las tareas diarias pueden encontrar su justa dimensión: las cosas materiales por las cuales nos inquietamos dejan paso a los valores del espíritu; las personas con las que convivimos recuperan, en el encuentro y en el diálogo más sereno, su verdadero rostro”.


Artículo original publicado en el número 14 de la revista Signos.

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