Vivir la templanza en Navidad 

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El negocio de la Navidad y cuánto gastar en regalos

Regalos de Navidad

Llega la Navidad y es muy difícil equilibrar la balanza entre la emoción de estas fechas y su significado real, pues a veces se ve difuminado por turrones a principios de noviembre, decoración que inunda las calles, objetos superfluos y una alegría vacía llena de consumismo y campañas de publicidad que nos crean necesidades y nos pueden alejar de lo realmente importante. Vivir la templanza en Navidad 

Vamos al supermercado a principios de noviembre y ya nos encontramos los turrones, mazapanes ¡y hasta el roscón de Reyes! A este paso, cuando lleguen los Reyes, ya nos hemos comido todos los turrones, todos los mazapanes y todos los roscones del mercado. ¿Realmente hay que gastar antes de tiempo? 

Roscón de Reyes

En este sentido, el adelanto de la Navidad en los escaparates y en las calles puede ser una buena oportunidad para explicar a nuestros hijos su verdadero significado. Vamos a sacar el lado positivo a esto. Es tan grande lo que va a ocurrir, que todo un Dios se hace niño, se hace pequeño, que no basta con celebrar su cumpleaños, sino que ya se quiere celebrar dos meses antes. Podemos explicar a nuestros hijos pequeños este detalle para que se den cuenta de la grandeza del momento y de lo que va a ocurrir. 

Vuelve a nacer Jesús y esto no está reñido con la fiesta, con las luces, con la alegría, con la decoración, con el ruido de las panderetas. Es más, todo esto que hay alrededor es bueno, pero cuando realmente conocemos el verdadero sentido. Para saber discernir hay que tener una cierta madurez, y sentido común.  Quizá nuestros hijos no están preparados para entender esto si nos los hemos preparado desde bien pequeños. Pero nunca es tarde si se hace desde el hogar y desde el cariño.

Luces de Navidad

La Navidad ya es un tiempo establecido en muchas culturas, aunque su origen cristiano esté algo desdibujado o realmente confuso. Muchos celebran sin saber, regalan sin saber el motivo. Es cuando ese vacío se llena de necesidades materiales, de mucho ruido y ahí es cuando se nos puede ir la cabeza con el tema de comprar y comprar.

Cuánto gastar en regalos

Para esto no hay una medida universal para todos. Dependerá de la situación económica de cada uno y de las necesidades materiales de la familia. Pero independientemente de esto, tenemos que pararnos a pensar y ver si nos estamos metiendo en una espiral de consumismo sin sentido o si realmente estamos haciendo las cosas bien.

Educar a nuestros hijos en este punto no será fácil porque estamos rodeados de ítems que nos llevan y nos impulsan a comprar sin medida. Si somos una familia muy grande y tenemos el deseo de agradar con regalos a todos los miembros, podemos establecer pequeñas tradiciones que no tienen que llevar aparejada la compra de un regalo a cada uno. 

Regalos de Navidad

Muchas veces los pequeños detalles hacen que un regalo llegue directamente al corazón. Una nota con un mensaje, un detalle de cariño, una manualidad…. Con esto poco a poco nuestros hijos se darán cuenta que no es tanto el valor del objeto en sí, sino el cariño con el que se hace. Cada familia debe establecer sus normas y sus tradiciones para vivir con sobriedad y generosidad,  sin caer en la tacañería. No es tanto el no gastar por gastar, sino pensar en los demás y hacerlo desde el sentido común y el buen hacer.

El papel de los abuelos

En el seno de una familia cristiana, los abuelos se convierten en el ejemplo a seguir y en el punto de cordura.

Su capacidad para transmitir la importancia de la generosidad sobre el consumismo se vuelve crucial en un mundo saturado de mensajes materiales. En lugar de enfocarse en regalos costosos, los abuelos promueven la riqueza de gestos significativos y momentos compartidos. Serán los que sienten las bases de la templanza en la cuestión de los regalos. Cada familia tendrá su propia forma de hacer, pero es cierto que hay que hablar sobre esto y sentar las bases de una Navidad cristiana. Con esto, evitaremos que los niños  tengan multitud de regalos de primos y tíos y esto les lleve a no saber valorarlos o a entrar en la cultura de gastar, usar y tirar.

Abuelos

A veces, los regalos no tienen que ser materiales. Podemos agradar a los demás con pequeños gestos y detalles: 

  1. Un paseo por la naturaleza. Una excursión al aire libre
  2. Escuchar al otro y ser un hombro donde llorar
  3. Ayudar en las tareas cotidianas y domésticas 
  4. Afecto y abrazos 
  5. Reír con los demás. Ser ocasión de alegría
  6. Jugar con los niños, dedicarles tiempo 
  7. Acompañar. Estar cuando se te necesita 
  8. Preocuparte por los demás. Un ¿cómo estás? ¿Cómo llevas el día? puede ser el mayor de los regalos. 
Comidas de Navidad

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