La figura paterna en la familia
La figura paterna desempeña un papel crucial en el desarrollo emocional y social de los hijos. Su presencia proporciona estabilidad, seguridad y modelos de comportamiento positivos. Los niños con una relación sólida con sus padres tienden a tener mejor autoestima, habilidades sociales más desarrolladas y una menor incidencia de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad.
La figura del padre en la familia ha evolucionado significativamente a lo largo del tiempo, pasando de un papel tradicionalmente autoritario a uno más involucrado emocionalmente en la educación de los hijos. Esta transformación refleja un cambio cultural hacia la co-paternidad, donde ambos padres comparten responsabilidades y se involucran de manera activa en el desarrollo integral de sus hijos.
La investigación ha demostrado que la presencia activa y positiva de un padre contribuye significativamente al desarrollo emocional, social y académico de los niños. María Calvo Charro, profesora titular de Derecho Administrativo en la Universidad Carlos III de Madrid y autora de varios libros sobre educación y familia, aborda la temática de la figura paterna con especial énfasis en la importancia de la presencia y participación activa del padre en la educación y desarrollo de los hijos. En sus obras, Calvo resalta el valor de la figura paterna no solo desde una perspectiva de apoyo material, sino también como un pilar fundamental en el equilibrio emocional, social y educativo de los niños.
El rol insustituible el padre
Uno de los aspectos clave que Calvo destaca es el rol único e insustituible del padre en la transmisión de valores, la construcción de la identidad y el establecimiento de límites y normas. Argumenta que la figura paterna ejerce una influencia significativa en el desarrollo de la autoestima de los hijos, su comportamiento social y su rendimiento académico. Calvo subraya la necesidad de revalorizar la paternidad en la sociedad actual, donde a menudo se observa una tendencia hacia la minimización del rol del padre o su ausencia, tanto física como emocionalmente, en la crianza de los hijos.
A través de sus investigaciones y análisis, María Calvo Charro también aborda las consecuencias de la ausencia paterna en los niños, coincidiendo con otros estudios y teorías que señalan riesgos aumentados de problemas conductuales, dificultades académicas y emocionales en los niños que crecen sin una figura paterna presente o activa. Propone que la participación del padre en la educación de los hijos debe ser reconocida y fomentada, tanto por las políticas públicas como por la sociedad en general, para asegurar el desarrollo integral y saludable de los niños.
El apego paterno
La importancia del apego paterno trasciende la infancia, influyendo en el bienestar emocional y social del individuo a lo largo de su vida. Fomentar un apego seguro y positivo con los hijos es uno de los regalos más importantes que un padre puede ofrecer.
A continuación, algunos beneficios del apego padre–hijo/a:
1. Seguridad y confianza: un apego seguro con el padre proporciona a los hijos un sentimiento de seguridad y pertenencia.
2. Ejemplo de fortaleza: un apego fuerte asegura que esta influencia sea positiva, promoviendo el desarrollo de habilidades sociales adecuadas, respeto por los demás y resiliencia ante las dificultades. El niño tendrá más resortes donde “agarrarse” cuando aparezcan dificultades.
3. Desarrollo de la Autoestima y las emociones: el apoyo y la validación paternos son clave en la construcción de la autoestima de los hijos. Sentirse valorados y amados por su padre contribuye a una imagen positiva de sí mismos. Los hijos aprenden a manejar sus emociones observando cómo sus padres gestionan las suyas.
4. Habilidades Sociales: a través del día a día y del juego, el padre enseña a los hijos habilidades esenciales para el éxito en el colegio, en el trabajo y en las relaciones personales en el futuro.
El juego para conseguir el apego paterno
La participación activa de los padres en el juego con sus hijos no solo fortalece la relación padre-hijo, sino que también apoya el desarrollo integral de los niños. Los momentos compartidos jugando son invaluables, ofreciendo lecciones de vida, reforzando lazos afectivos y preparando a los niños para enfrentar el mundo con confianza y seguridad.
El juego se destaca como una herramienta poderosa para reforzar y afianzar la figura paterna en la vida de los hijos. A través del juego, los padres no solo ofrecen momentos de alegría y diversión, sino que también crean oportunidades para la enseñanza, el desarrollo de habilidades y el fortalecimiento de lazos afectivos.
