Una oportunidad de igualdad

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La educación diferenciada, lejos de discriminar a ambos sexos, sitúa a los escolares en igualdad de condiciones ante su futuro académico y laboral.

Numerosos estudios y experiencias educativas ponen de manifiesto que la ‘single sex’ permite una igualdad real de oportunidades, sin limitar las capacidades ni las opciones de futuro de niños y niñas.

La Ley Orgánica española para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), aprobada en diciembre de 2013, añadía en uno de sus artículos: “no constituye discriminación la admisión de alumnos y alumnas o la organización de la enseñanza diferenciada por sexos, siempre que la enseñanza que impartan se desarrolle conforme al artículo 2 de la convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO el 14 de diciembre de 1960”.

María Calvo Charro, profesora de la Universidad Carlos III de Madrid y expresidenta de EASSE-España, defiende que “el modelo de escuela diferenciada actual parte de la idea de que no hay asignados unos roles en la sociedad, sino que cada hombre y mujer deben tener las mismas oportunidades para poder optar con entera libertad por el papel que quieran desempeñar profesional y personalmente”.

Calvo, experta en educación diferenciada y autora de numerosos artículos sobre este modelo pedagógico, acentúa que el objetivo prioritario de la escuela diferenciada es “la igualdad de oportunidades: un modelo pedagógico que considera que las diferencias entre los sexos son siempre enriquecedoras y que lo que hay que eliminar son las discriminaciones” (1).

En su discurso, Calvo se centra en la experiencia de los colegios que en España imparten esta opción pedagógica: “Los colegios diferenciados en España, algunos con más de cuarenta años de experiencia, no se han quedado anclados en el pasado, antes al contrario, han sido capaces de incorporar los nuevos progresos de la ciencia y las actuales sensibilidades culturales”.

Alemania y Francia

En un estudio realizado por la profesora del Centro Universitario Villanueva, Teresa Artola (2), doctora en Psicología, se nombra el caso del Tribunal Supremo alemán, que en una sentencia de
enero de 2013, establecía que, “por regla general, los colegios de educación diferenciada no son inferiores a los colegios públicos de educación mixta en cuanto a su aptitud para transmitir conocimientos y cultura (…), y tampoco a la hora de transmitir el conocimiento relativo al principio de igualdad entre hombres y mujeres”.

El Alto Tribunal concluyó que la educación diferenciada “no vulnera el criterio de no desfavorecer a mujeres y niñas por su sexo”. En su estudio, Artola señala que “la clave del éxito de la educación diferenciada radica precisamente, según los expertos, en el equilibrio entre el reconocimiento de la diferencia y la garantía de la igualdad entre los sexos” (Gurian, 2006). Por su parte, Francia aprobó en el mes de agosto de 2012 la Ley n° 2012-954, por la que se establece la validez de la educación diferenciada como modelo pedagógico y rechaza que sea discriminatoria.

Amplía las salidas profesionales

La educación diferenciada proporciona a chicos y chicas más libertad de elección en las materias y salidas profesionales no asociadas a su género. Las diferencias de resultados y habilidades en el periodo escolar condicionan las opciones académicas y profesionales que ambos sexos elegirán en el futuro.

Según publicó en 2009 Eurydice3, la Agencia Ejecutiva en el Ámbito Educativo, Audiovisual y Cultural de la Comisión Europea, en su estudio Diferencias de género en los resultados educativos: medidas adoptadas y situación actual en Europa, “este tipo de educación proporciona a chicos y chicas más libertad para elegir materias no asociadas a su sexo. Ofrece más espacio a las chicas, contribuye a aumentar su autoestima, y fomenta el esfuerzo en los hombres en no tener que preocuparse por su imagen como estudiantes”.

El Informe Pisa de 2012 señala que solo el 5% de chicas de los países de la OCDE, como media, aspiran a una carrera de ingeniería o informática, mientras que el 18% de chicos sí desean hacer una carrera en estos campos. En los países de la OCDE, hay más chicas que chicos que aspiran a una carrera en sanidad y medicina.

Según un estudio realizado por EASSE (European Association of Single-Sex Education), entre sus 152 centros asociados de educación diferenciada, con más de 100.000 alumnos, el porcentaje de escolares de colegios femeninos que optan por carreras universitarias del ámbito científico-técnico ha incrementado notablemente. Por otro lado el número de chicos que decide estudiar Magisterio, una carrera universitaria con escasa presencia masculina, es muy superior a la media.

En uno de estos centros, la única escuela de niñas de Cambridge, su directora, Charlotte Avery, refuerza con su experiencia la idea de que la educación diferenciada ayuda a las niñas a destacar en materias ‘estereotípicamente masculinas’, después de conocer los resultados de una investigación realizada por la Asociación de Escuelas de Niñas, que concluyó que el 75 por ciento de las alumnas se inclinaba a elegir las Matemáticas y el 70 por ciento, a la Química.


Artículo original publicado en el número 18 de la revista Signos por Diana Pérez Camarasa.

1 María Calvo Charro. El Confidencial, 5 de septiembre 2012.
2 Educación diferenciada: Algunas razones educativas, Teresa Artola, profesora del Centro Universitario Villanueva.
3 Diferencias de género en los resultados educativos: medidas adoptadas y situación actual en Europa. Eurydice, 2009.

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