Y llegan los temidos exámenes. Estar tranquilos ante ellos no es frecuente ni tampoco bueno. Los nervios bien utilizados nos llenan de vida. Superar obstáculos, avanzar hacia lo difícil y aceptar los resultados, es un estilo de vida que conviene adoptar para nuestra felicidad. Al final, la vida es un continuo examen y cuanto antes tomemos la decisión de cómo nos los vamos a tomar, mejor. ¡Adelante! ¡Ánimo! Así tenemos que emprender la marcha en este final de curso: “¡Por supuesto! ¡Voy a conseguirlo!”.
Final de curso: exámenes, cansancio, notas. Números que quieren expresar lo que hemos aprendido o cuánto hemos estudiado…. Que no es lo mismo… Justicias, injusticias, alegría, frustración… Un buen reto: “Este año, mejor que el anterior”. El resultado depende en gran medida de factores como el descanso, el estado de ánimo, el valor que nos demos a nosotros mismos y los pensamientos positivos y esperanzadores.
Por otra parte, puede que en estos tiempos, hayamos pactado con la idea de que solo es bueno sacar un diez y, ese planteamiento incorrecto lleva aparejadas tantas tensiones, que deberíamos pensar de otra manera. Hay dieces que no lo son y cincos que merecen un premio.
También hemos confundido estudiar con aprender. Lo segundo es más importante y nos hace tener un horizonte amplio mientras estudiamos. Los exámenes deben ser una muestra, principalmente para nosotros, de lo que hemos aprendido. El afán de saber, descubrir, investigar… llena de libertad nuestras mentes.
5 Consejos para hacer un buen examen.
Una vez asumido que hay que examinarse, vamos a procurar hacerlo de la mejor manera posible.
- Estética: En primer lugar, conviene considerar que los aspectos más relevantes de un examen están al alcance de todos: leer las preguntas con atención y cuidar la presentación. La presencia externa es el primer paso: letra, márgenes, redacción. Pensar en esto antes de acudir a un examen aumentará nuestro éxito.
- Realismo: Es necesario vivir en la realidad. Cómo soy, cuánto he estudiado, cuáles son mis capacidades. Una mirada sincera y tranquila, en la que pensemos qué tipo de estudiantes somos, hace que acudamos a estas pruebas con un afán de superación y principalmente de aceptación de uno mismo.
- Explicarnos bien: En un examen no tenemos que demostrar que hemos estudiado, sino que hemos aprendido. Por eso es magnífico explicarle a una compañera, padres o hermanos el tema, y así comprobar cómo vamos de explicaderas.
- Síntesis: Tener en la cabeza un esquema claro de los temas de manera que los podamos sintetizar. Palabras claves que enlazan con otras. Eso impide que nos quedemos en blanco.
- Recordar: Los consejos que se nos han dado en exámenes anteriores. El mejor aprendizaje es ese examen que creíamos haber hecho bien y nos explicaron detalles a mejorar.
Claro que en todo esto se presupone una planificación correcta y unas horas de dedicación, sin las que lo anterior quedaría cojo.
¡A por el éxito!
¡Vamos a mirar de frente a los exámenes! Sobre todo a aquellos más señalados como los de selectividad. Ir a ellos con la intención de que se vea en qué destacamos nosotros. Todos tenemos algo único: la creatividad, la redacción, un modo de razonar, etc.
Es importante trabajar bien los sentimientos de inferioridad que en un momento dado nos pueden anular: “Esta asignatura se me atraganta”, “Como soy tan despistado me van a bajar puntos”, “Al final esto es una lotería”. “Me va a faltar tiempo o espacio”, “ Se me va a gastar la tinta del bolígrafo” . Nada de eso tiene por qué ocurrir, pero para eso es necesario que pongamos los medios oportunos con serenidad.
Todos somos examinadores y examinados. Vamos a darle una vuelta a cómo juzgamos a los demás, y qué nota les ponemos cada día. A veces esto puede darnos las claves de por qué acudimos con tanto miedo a los exámenes.
Tips para afrontar los exámenes con serenidad
1. Preparación adecuada: Comienza a estudiar con anticipación y organiza tu material de estudio. Una buena preparación reduce la ansiedad, ya que te sentirás más seguro de tu conocimiento.
2. Organiza tu tiempo: Divide el material en partes manejables y crea un horario de estudio realista. Asegúrate de incluir descansos para evitar el agotamiento.
3. Duerme bien: Intenta mantener un horario de sueño regular y asegúrate de dormir lo suficiente antes del día del examen. Un cerebro descansado funciona mucho mejor.
4. Alimentación saludable: Comer alimentos nutritivos puede mejorar la concentración y la memoria. Evita el exceso de cafeína y azúcar, que pueden aumentar la ansiedad.
5. Visualización positiva: Imagínate a ti mismo realizando el examen con confianza y éxito. Esta técnica puede aumentar tu autoconfianza y disminuir los nervios.
6. Llega temprano el día del examen: Llegar con tiempo te permite aclimatarse al entorno de examen y relajarte antes de comenzar.
7. Lee cuidadosamente las instrucciones: Antes de responder, asegúrate de entender bien las preguntas. Esto puede prevenir errores por malentendidos.
Por Mariam Sánchez Ruiz Granados, profesora de Secundaria de Tierrallana-Entrepinos, colegio del Grupo Attendis en Huelva.