Comida en familia y buenos hábitos

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Comer en familia proporciona una oportunidad idónea para disfrutar, hablar, escuchar…y educar. Además de sus aspectos puramente fisiológicos, la alimentación puede convertirse en una escuela de buenos hábitos.

Éstas son algunas de las ideas que los especialistas en educación sugieren a los padres para que sentarse a la mesa sea algo más que saciar el apetito:

  • Favorecer un ambiente agradable y relajado, pero en el que no falten el respeto y las buenas maneras: la mesa no es un momento para el juego.
  • En función de la edad de los pequeños, enseñarles a utilizar los cubiertos y poner la mesa correctamente. Hacerles ver que una buena presentación puede hacer más agradable la comida.
  • No dejar pasar comentarios del tipo: “no me gusta”, “qué asco”, “tiene mala pinta”, “no quiero”….
  • Enseñar a dar siempre las gracias por la comida, y a valorar el esfuerzo que supone comprarla y prepararla.
  • Aprovechar para la transmisión de educación nutricional: por qué es necesario ingerir proteínas, hidratos de carbono, fibra, y en qué alimentos se encuentran.
  • Implicar paulatinamente a los pequeños en la preparación de recetas sencillas y atractivas para ellos, como dulces caseros o ensaladas.
  • Dar a los niños una cierta capacidad de elección sobre el menú, pero dentro de unos límites: por ejemplo, ofreciéndoles dos o tres alternativas de fruta para tomar de postre.
  • Dar lugar a una especie de cultura culinaria familiar, a través de la preparación de menús que tradicionalmente han gustado en el hogar.
  • Educar en la fortaleza y la superación personal: “como lo que me pongan”, “no me levanto de la mesa antes de terminar”.
  • Dentro de la naturalidad que debe presidir el ambiente familiar, no hablar excesivamente de la comida, y traer a colación distintos temas de conversación que resulten interesantes para todos.
  • Evitar a toda costa las discusiones y tratar de que todos participen por igual en la conversación.
  • Por lo general, celebrar las comidas familiares en casa, donde el ambiente es más propicio para la conversación y la convivencia que en bares o restaurantes.

Artículo original publicado en el número 12 de la revista Signos por Mónica Arias y Francisco Collado.

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