La educación diferenciada, de colegios de chicas y de chicos, reduce la brecha de sexos y favorece la integración de la mujer en ingenierías y carreras técnicas.
La educación diferenciada favorece la integración de la mujer en ingenierías y carreras técnicas.
En el último informe PISA, del mes de marzo de 2015, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) analiza por primera vez en su estudio la igualdad de género en la educación, como posible herramienta para solucionar los estereotipos sexuales que aún existen en las escuelas. En concreto afirma que las chicas en colegios separados por sexo obtienen mejores resultados en matemáticas y son más proclives a asumir riesgos en sus tareas escolares.
Las mujeres ganan un 15% menos que los hombres en los países de la OCDE y sólo ocupan uno de cada cuatro cargos directivos en las empresas españolas. Pisa sitúa 9 puntos por debajo a los niños, con respecto a las niñas. Por cada niña repetidora hay dos niños. Los niños se sitúan 40 puntos por debajo en comprensión lectora, respecto de las niñas. Y por otra parte, en la universidad, las mujeres están menos representadas en áreas como Matemáticas, Física o Informática.
Aspiraciones truncadas
En el Informe Pisa del mes de marzo de 2015 se desprende que las chicas tienen menos confianza en sí mismas que los chicos para resolver problemas matemáticos y científicos. Las chicas tienden también a reconocer un sentimiento de ansiedad hacia las matemáticas, y esto se observa incluso entre las chicas de mejor rendimiento escolar. De media, en los países de la OCDE, la diferencia en puntuación en Matemáticas entre los chicos y chicas de mejor rendimiento es de 19 puntos.
PISA expone, de forma sistemática, que en general, las chicas muestran tener mayores aspiraciones que los chicos en cuanto a sus carreras futuras. Sin embargo, en la OCDE, de media, menos del 5% de las chicas quieren seguir una carrera de Ingeniería o de Informática. Y el que haya muchos más chicos que chicas pensando seguir esas carreras ocurre en todos los países.
En contraste, parece que los chicos piensan que se encuentran mejor preparados para entrar en el mercado laboral que las chicas. Según PISA, las chicas piensan que no están preparadas en un 10% más que los chicos. Y un porcentaje mayor de chicos que de chicas dicen participar en actividades y prácticas que les preparen para su vida laboral.
Experiencias educativas
Linda Sax, doctora de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), presentó en España una investigación sobre igualdad de género, y concluyó que la Educación Diferenciada (Single-Sex Education) favorece la elección de carreras universitarias de Ciencias y Tecnología por parte de las mujeres.
Según la investigación, Linda Sax apunta que la educación diferenciada favorece el compromiso académico, el interés de las mujeres por el ámbito sociopolítico, la alta participación en la universidad en los órganos de gobierno, mayor confianza en habilidades matemáticas e informáticas y un mayor interés en acceder a carreras de Ingeniería.
La investigadora americana defiende en un informe de la National Coalition of Girls’ School (NCGS) que el 48% de las mujeres graduadas en centros de educación diferenciada se han evaluado por encima de la media, frente al 37% de mujeres encuestadas que pertenecen a colegios de educación mixta.
Para la profesora Sax los hombres y las mujeres responden de manera diferente a una amplia gama de factores dentro de los centros educativos, que influyen en su desarrollo académico, personal y profesional. Para Sax “las mujeres graduadas en centros de educación diferenciada son más proclives a realizar carreras de rama científica que mujeres que hayan estado escolarizadas en centros mixtos, favoreciendo así su liderazgo en estas materias”.
«Hay razón para el optimismo»
En otra experiencia educativa en EEUU, Caroline Erisman, directora del Dana Hall de Massachusetts, un colegio para chicas, escribe un artículo de opinión para la revista Forbes en la que explica que “debemos hacer que las chicas adquieran las destrezas para competir a un buen nivel y accedan a carreras exitosas cuando terminen el colegio”.
Caroline cita un informe del “Centro para el Progreso Americano” mostrando que sólo el 4,6% de la lista “Fortune 500 CEOs” son mujeres, pero dice que “hay razón para el optimismo”, poniendo como ejemplo que el número de empresas que ya son propiedad de mujeres en Estados Unidos ha aumentado significativamente en los últimos años.
Erisman argumenta que necesitamos educar a las chicas como líderes y apoyar las habilidades que les permitan convertirse en personas emprendedoras. Para ello, explica que debemos “fomentar los programas de educación diferenciada para chicas que proporcionan un ambiente donde las niñas destacan como líderes sin la presencia masculina, ya que la investigación refleja que las niñas sienten más confianza y competitividad en entornos de un solo sexo”.
Paliar las desventajas
María Calvo Charro, presidenta de EASSE (European Association of Single-Sex Education) en España, en un artículo publicado en El Confidencial, apunta ejemplos de cómo algunos
países están apostando por el sistema de educación diferenciada en las aulas, para paliar las desventajas entre chicos y chicas. En su opinión, “es sorprendente que este problema, de dominio público, no haya producido alarma social ni reacción alguna en la comunidad educativa”.
En su artículo destaca que en Alemania han aceptado la posibilidad de escuelas públicas donde se imparten clases de Matemáticas sólo para niñas, con un excelente resultado, “reflejado en el aumento del acceso de mujeres a carreras técnicas. Solo en Berlín existen ya 156 escuelas públicas de este tipo. Y en Baviera hay 86 colegios femeninos creados a instancia de los padres y financiados con fondos públicos”.
Artículo original publicado en el número 19 de la revista Signos.