Terrores nocturnos

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Por qué y cómo combatirlos

Por Sonia Galán, docente de Infantil de Adharaz-Altasierra (Sevilla)

03.00 de la madrugada. 3 años. Martina tiene pesadillas y no duda un segundo en ir corriendo a la cama de sus padres. Misma hora. Todos los días. Los padres de Martina se levantan agotados cada mañana. Aunque la lleven dormida de nuevo a su habitación, siempre vuelve. Pero, ¿por qué? si tiene una cama para ella solita, y además, comparte habitación con su hermana mayor. Aquí algunas ideas que pueden ayudarnos a conciliar mejor el sueño…

¿Dormir?, ¿dónde?, ¿a qué hora?, ¿cuánto tiempo? Estas preguntas son las que nos hacemos muchos padres cuando los hijos tienen que irse a dormir y tenemos bastante preocupación con este hábito tan importante y que se enseña desde que el niño nace. Pero es necesario tener muy claro cómo enseñarlo  para que se adquiera sin dificultad.

El niño necesita dormir en un entorno en el que pueda ir pasando por las distintas fases del sueño sin sufrir interrupciones. Por ello, dormir en un sofá, en la sillita de paseo o en la cama de papá y mamá no son entornos que favorezcan un sueño de calidad y si acompañamos con la televisión o cualquier dispositivo digital para que concilien el sueño estaremos favoreciendo la aparición de los terrores nocturnos y pesadillas.

El  momento de acostarse debe estar precedido de un periodo tranquilo y relajante, siguiendo una rutina que les ayude a estar más tranquilos.

Para enseñar este hábito el niño tiene que tener una rutina y unos horarios regulares que ayudarán a prepararse para conciliar el sueño y nosotros como padres tenemos que ayudar a nuestros hijos a aprender a dormir con un sueño de calidad. Este proceso de aprendizaje se va aprendiendo creando en casa el entorno apropiado para el sueño, posibilitando que duerman el número de horas que necesitan a cada edad y enseñándoles una rutina para el rato previo a acostarse.

Como es un hábito se necesita un tiempo para su aprendizaje y el niño irá adoptando los comportamientos que se le han enseñado y cada vez le resultará más fácil dormir sin ninguna dificultad.

El  momento de acostarse debe estar precedido de un periodo tranquilo y relajante, siguiendo una rutina que les ayude a estar más tranquilos.

Prepara su sueño para que sea un momento mágico

Estas son algunas medidas preventivas para lograrlo:

  1. No saltarse la hora del baño
  2. Contar cuentos o historias que no den miedo.
  3. Jugar a algo tranquilo.
  4. Leer.
  5. Hablar sobre cosas agradables que hayan ocurrido durante el día.
  6. Recibir mimos.
  7. No tener hambre a la hora de acostarse y no haber tomado demasiados líquidos, pues esto les puede interrumpir el sueño y levantarse en medio de la noche.
  8. Dormir las horas suficientes, con regularidad en los horarios y no suprimir las siestas, si las hace habitualmente.

¿Cuánto tiene que dormir?

Existen un número de horas de sueño que son necesarias para lograr un crecimiento y un desarrollo óptimos en cada periodo. Sin embargo, las necesidades de cada niño variarán ligeramente dependiendo de cuáles sean las rutinas familiares, o si va a un centro escolar que le ayuden a dormir, a descansar y a relajarse adecuadamente.

Dependiendo la edad

– Recién nacidos (0-21 días). Por lo general los recién nacidos duermen unas 16 horas al día. La mitad de ellas las duermen durante el día. Los periodos de sueño son breves; duran como mucho entre 2,5 y 4 horas.

– 1-3 meses. Los bebés de entre 1 y 3 meses suelen dormir unas 15 horas, empiezan a concentrar más el sueño en las horas nocturnas y duermen menos durante el día.

– 3-6 meses. Los bebés de entre 3 y 6 meses siguen durmiendo unas 15 horas, pero se mantienen mucho más tiempo despiertos durante el día y duermen principalmente por la noche.

– 6-12 meses. Los bebés de entre 6 y 12 meses duermen unas 14-15 horas. Normalmente ya son capaces de dormir del tirón por la noche entre 7 y 10 horas y se echan luego una siesta a media mañana y otra después de comer.

– 1-2 años. Por lo general los niños de entre 1 y 2 años duermen unas 13,5 horas al día. La siesta de media mañana se la dejan de echar cuando tienen entre 12 meses y 2 años. La siesta de por la tarde puede perdurar hasta que tienen 4 o 5 años.

– 2-5 años. Por lo general los niños de entre 2 y 5 años duermen unas 11-12 horas por la noche y se echan una siesta de 1 o 2 horas después de comer.

– 6-12 años. Los niños de 6 años duermen unas 9,5 horas por noche. Esta cantidad va disminuyendo ligera y paulatinamente a medida que el niño va creciendo y se acerca a los 12 años.

– Adolescencia. Los adolescentes necesitan unas 8 o 9 horas de sueño por noche.

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