Los beneficios de comer en el colegio
La responsable de Formación de Infantil y Primaria de Altaduna-Saladares, Mar Miras, explica cuáles son los beneficios de comer en el colegio y cómo aprovechar el comedor escolar en el Día Mundial de la Alimentación
Hoy, 16 de octubre, se celebra en todo el mundo el Día de la Alimentación, para concienciar a la sociedad sobre la importancia de una nutrición variada y adecuada, especialmente en los niños.
En el colegio Altaduna-Saladares, el comedor es un tiempo educativo más. Los valores y los hábitos que los alumnos aprenden en él lo convierten en un espacio único. Son muchos los beneficios de comer en el colegio, tal como cuenta la responsable de Formación de Infantil y Primaria, Mar Miras.
Ambiente agradable
«En primer lugar, el colegio cuenta con cocina propia, por lo que, al mediodía, el olor a comida casera que surge desde el comedor crea de por sí un ambiente familiar de estar en casa, que es lo que es el colegio», comenta.
La docente considera que una de las cosas positivas de que los niños coman en el colegio es que «se intenta propiciar un interés por la comida saludable, por unos buenos hábitos en la mesa, por la higiene». Además, apunta, «es un momento para socializar y estar con los compañeros en un ambiente agradable».
Por qué comen mejor en el colegio
Los menús son elaborados por expertos nutricionistas «para que contengan todos los nutrientes que los niños necesitan, de forma equilibrada». Se priorizan las frutas y verduras de temporada y la economía local, «aspecto en el que en Almería tenemos mucha suerte al contar con tanta variedad de hortalizas frescas todo el año».
También las porciones se adaptan a la edad de los niños. «Muchos de ellos repiten, da gusto ver cómo comen. A otros a lo mejor hay que ponerles un poquito menos de algún plato, pero lo que intentamos es que sea como un logro, ver cómo se lo acaban terminando, es un éxito propio que les da seguridad», añade.
«Muchos padres se preguntan por qué los hijos comen mejor en el colegio que en casa», confiesa la profesora. «La razón es que en el cole están con sus compañeros, entre iguales, y todos comen lo mismo. Ellos ven que es lo que toca, digamos, y crecen mucho, se reponen a ellos mismos».
Qué hacer ante las rabietas por la comida
En las tutorías con los padres, sin embargo, muchos cuentan que las comidas «se convierten en verdaderas batallas campales». Por eso, ante una rabieta delante de la comida, Mar Miras recomienda «calma y firmeza».
«Como adulto, no puedes ponerte a las malas ni a su nivel enrabietándote tú. Hay que bajarse del pedestal de adulto, mirarle a los ojos y transmitir esa calma. Y por otro lado, firmeza. Que vean que es algo importante para ellos, que está en juego su salud».
«Como en el resto de ámbitos, hay que aprovecharse todo lo posible del colegio», aconseja. «Es fundamental que cole y familia vayamos a una. No pueden ver que llegan a casa y comen lo que quieren. Si en el colegio estamos comiendo ensalada, en casa también debemos. También es importante sentarse con ellos en la mesa, ya que aprenden por imitación».
Formación en valores
Por último, la docente enumera algunos de los muchos valores que se aprenden en el comedor del cole.
«La fortaleza: ante la adversidad de encontrarme con ese plato que no me gusta, cómo gestiono y encuentro las herramientas para conseguirlo».
«La amistad: ves cómo se apoyan entre ellos. Ese compañerismo es llamativo», añade. «También el respeto a los demás y al personal de cocina». En este sentido los niños aprender a ser agradecidos. «Cuando uno dice que algo no le gusta, se le enseña a decir ‘no me apetece’ porque detrás de ese plato hay un trabajo y hay que ser agradecidos».
Y cómo no, los hánitos saludables y modales en la mesa. «Sentarse bien, colocar las manos, coger el cubierto, utilizar la servilleta y el vaso de agua, son cosas que se aprenden en el colegio.