Estimular los sentidos del niño
El innovador proyecto Attendis Preschool «Espacios activos de aprendizaje» se basa en las investigaciones de la neurociencia para crear estímulos de calidad
Desde que nacemos, los sentidos tienen más importancia de la que creemos. Nos sirven para protegernos de algo peligroso o doloroso, pero también los utilizamos para aprender.
Cuando aprendemos a través de los sentidos estamos desarrollando las funciones cognitivas básicas como la atención y la memoria y favoreciendo el desarrollo de las funciones cognitivas superiores como la resolución de problemas, el razonamiento, el lenguaje y la creatividad.
A los tres años el cerebro alcanza un 50% de su desarrollo y madurez y a los ocho años, un 80% aproximadamente. Cuantos más estímulos recibe en estos años, mejor se estructura el cerebro y con él la capacidad intelectual y cognitiva.
Navia Callejón, responsable docente de Infantil de Altaduna-Saladares
Gracias a los sentidos y a explorar el entorno mediante el movimiento se produce la construcción de aprendizajes y la comprensión del mundo que nos rodea. Por eso es tan importante en los bebés que tengan un ambiente rico en estímulos sensoriales.
¿Sólo tenemos cinco sentidos?
Además de los sentidos de la vista, olfato, gusto, oído y tacto, poseemos dos más:
Sistema Propioceptivo: es el sistema mediante el cual, el cerebro recibe la información sobre la posición y el movimiento de las partes del cuerpo.
El sistema propioceptivo le permite al niño controlar la posición y el movimiento de su cuerpo. Gracias al sistema propioceptivo, es posible seleccionar la presión adecuada (por ejemplo, para acariciar al perro, dibujar con crayones), así como el tono muscular apropiado (por ejemplo, para elevar la taza con jugo).
Es decir, nos permite saber dónde está nuestro cuerpo en el espacio, si se está moviendo o está quieto.
Este sistema es de gran ayuda en nuestras actividades de la vida diaria, si, por ejemplo, una persona tuviese menos propiocepción que el resto, veríamos que sus movimientos serían más lentos, torpes y requerirían hacer más esfuerzo para cualquier actividad.
Sistema vestibular: es el que nos informa sobre el balanceo y el movimiento que tiene nuestro cuerpo con respecto al espacio.
El sistema vestibular se encuentra situado dentro del oído interno y se encarga de mantener el equilibrio y la postura, coordinar los movimientos del cuerpo y la cabeza y fijar la mirada en un punto del espacio
Un sistema vestibular fuerte se desarrolla a través del movimiento, ¡así que mantén a tu pequeño en movimiento! A tu recién nacido ponlo boca abajo y a medida que crece déjalo que practique dar la vuelta y sentarse. Mece a tu bebé, baila con él, ponlo a saltar sobre tus piernas y suavemente dale vueltas.
Etapa decisiva
Las investigaciones en el campo de la neuropsicología ponen de manifiesto que los primeros años de vida son de una importancia decisiva para el desarrollo neurológico, ya que es en esta etapa en la que se formarán las bases de los procesos cognitivos en los que se anclarán los aprendizajes posteriores. Y que este proceso de maduración cerebral implica que el cerebro reciba estímulos táctiles, auditivos, visuales y gustativos, que los procese, los almacene y de respuesta cuando sea necesario.
A los tres años el cerebro alcanza un 50% de su desarrollo y madurez y a los ocho años, un 80% aproximadamente. Cuantos más estímulos recibe en estos años, mejor se estructura el cerebro y con él la capacidad intelectual y cognitiva.
Si durante el periodo 0-6 años el niño no dispone de un medio ambiente cargado de estímulos bien dirigidos, se corre el peligro de no aprovechar sus riquezas naturales, y cualquier aprendizaje se realizará con un esfuerzo superior al normal y con escaso atractivo.
¿Qué ha hecho Attendis?
Pues ha creado un proyecto propio, apoyándonos en estas investigaciones de la neurociencia (que es la encargada de estudiar cómo funciona el cerebro, concretamente, en el tema que nos ocupa, cómo aprende el cerebro).
Los conocimientos sobre la enseñanza (objetivos, contenidos, procedimientos, evaluación, etc.) son muy importantes, pero no tendrían sentido si no los basamos en el conocimiento del niño, en saber cómo aprende, es decir, qué procesos se llevan a cabo en el momento de adquirir habilidades como la lectura, escritura o razonamiento matemático.
Por tanto, ¿qué es lo que hacemos con nuestro proyecto? Aprovechamos la plasticidad que tiene el cerebro en estos años para desarrollar su capacidad, formar nuevas conexiones sinápticas y contribuir a la organización neurológica favoreciendo la creación de estructuras y funciones cerebrales que son las que harán posible el Aprendizaje.
Por este motivo, hemos ido incorporando en nuestro proyecto nuevas metodologías, unas metodologías activas, que son fruto de esta continua investigación e innovación pedagógica.
Y el resultado es nuestro Proyecto de Los Espacios Activos de Aprendizaje, que a su vez está estrechamente relacionado con los programas del IB (Bachillerato Internacional), que estamos implantando a partir de los 3 años. Es una preparación para la siguiente etapa, consiguiendo así una continuidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
¿Qué podemos hacer en casa para estimular los sentidos de nuestros hijos?
Proporcionar a nuestro hijo un ambiente con diversidad de estímulos es fundamental.
La variedad de estímulos que les facilitemos tiene que ir enfocada para todos los tipos de sentidos utilizando distintos tipos de texturas, colores, luces, olores, sabores… , pero también movimiento.
Permitirles explorar el entorno libremente es otra pauta que podremos seguir para favorecer el desarrollo y aprendizaje de nuestros hijos. Debemos proporcionarles un entorno seguro que les permita investigar y moverse, saltar, trepar, correr.
Todas estas actividades debemos hacerlas de una forma tranquila y natural, sin presiones para nosotros o nuestros hijos. A través del juego, como una manera de pasar un rato agradable y divertido. ¡No hay mejor estímulo para nuestros niños que nosotros mismos!
Táctil
- Elaborar alfombras con diferentes texturas (rugosa, espinosa, esponjosa, suave, lisa) y pasar descalzos sin calcetines por ellas.
- Jugar con las temperaturas (frío, templado, caliente)
- Distinguir por el tacto diferentes texturas (algodón, estropajo, lana, etc.) u objetos con los ojos cerrados y adivinar qué es.
- Experimentación con objetos de la naturaleza como hojas, agua, arena, nieve, tierra, hierba, paja…
Oído
- Intentar descubrir qué sonidos suenan cuando estamos en silencio.
- Imitar sonidos de animales y descubrir qué animal es.
- Buscar el lugar de dónde procede el sonido.
- Instrumentos musicales.
Gusto y olfato
- Exponer al niño a sabores diversos y de contraste como dulce y salado, amargo y ácido…
- Taparnos los ojos y adivinar diferentes alimentos tanto por el sabor como por el olor.
- Buscar sabores parecidos y agruparlos.
- Identificar qué objetos en la casa no tienen olor.
Vista
- Jugar con espejos
- Hacer juegos de luces y oscuridad (con linternas, juguetes luminosos, pelotas brillantes…)
- Mesas de luz
Propioceptivo y vestibular
- Montarnos en columpios
- Saltar en la cama
- Meternos por túneles.
- Juego de imitar animales (El cangrejo, caminar hacia atrás; mono, caminar con las manos; serpiente, arrastrarse por el suelo…)
- Twister
- Escalar en rocódromos o en cualquier superficie.