El colegio Monaita – Mulhacén es solicitante del Programa de la Escuela Primaria (PEP) del Bachillerato Internacional, un proceso pionero en Granada
05/02/2021. Granada Digital-Miguel López Rivera.
Como todo en la vida, los modelos de enseñanza y educación evolucionan. Esa premisa la tienen muy clara en el Colegio Monaita-Mulhacén de Granada y no sólo forma parte del alma misma del centro desde su fundación, sino que está imbricada en el día a día. Un reto constante, permanente y que no entiende de otra tarea que no sea la de poner al alcance del alumnado todas las herramientas habidas y por haber para procurarle una formación integrada en su entorno y dirigida a formar personas, profesionales y seres adultos competitivos y con conciencia en un mundo que cada día pisa más fuerte el acelerador.
De ese punto de partida nace el Programa de la Escuela Primaria (PEP) del Bachillerato Internacional (IB, por sus siglas inglés), del que el Colegio Monaita-Mulhacén es solicitante y se encuentra en pleno proceso de implementación. Se trata de una innovadora metodología dirigida a alumnos de entre 3 y 12 años y que, actualmente, es uno de los planes de estudios en este rango de edad con mejores resultados acreditados. Cuando el proceso se haya completado, las dos sedes que tiene el Grupo Attendis en Granada serán las únicas de la provincia que oferten esta etapa del Bachillerato Internacional, metodología que la organización del mismo nombre desarrolla desde 1968 con la aparición del Programa del Diploma (PD). El PD conforma -junto a PEP, PAI (Programa de Años Intermedios) y POP (Programa de Orientación Profesional)- este exclusivo plan de estudios.
El PEP no entiende los ciclos escolares como unidades independientes, sino como un proceso continuo. “El alumno no debe percibir el cambio de Infantil a Primaria, o a Secundaria, como un punto de inflexión en su proceso de aprendizaje sobre el mundo que le rodea, sino como una evolución natural”, explica Marta Campos, subdirectora de Primaria de Monaita y coordinadora en esta sede del programa PEP del Bachillerato Internacional. Por eso, los cursos se ordenan desde el PEP 1 (Infantil de 3 años) hasta el PEP 9 (Sexto). Traducido a toda la etapa de Educación Primaria, esto significa que un estudiante de Primer Curso es PEP 4, mientras que uno de Tercero, PEP 6.
DEL AULA A LA BIBLIOTECA, UNAS INSTALACIONES SIN PARANGÓN
Con esas premisas, comienza la ruta por las espectaculares instalaciones de Monaita-Mulhacén. Instalaciones que comprenden un ‘mini circuito’ de educación vial, dos piscinas, un campo de fútbol 11 de césped sintético, dos pabellones, pistas exteriores de varias superficies y, por supuesto aulas con la última tecnología y adaptadas a las necesidades más vanguardistas del alumnado. Pero eso no es todo, la Organización del Bachiller Internacional otorga un peso muy importante a otros espacios de reflexión y adquisición de conocimiento como es la biblioteca, por lo que cada una de las dos sedes del colegio cuenta con una que se sale del planteamiento tradicional de ‘almacén de libros’. Aquí los libros son importantes, cómo no, pero también el ‘briefing’, el trabajo colectivo o la creatividad. Cada una tiene un profesional acreditado que, lejos de pedir silencio, incentiva a la participación del alumnado.
Aunque la acreditación como ‘centro IB’ requiere de un selecto y cuidado plan de estudios, en realidad el PEP hunde sus raíces en conceptos muy intuitivos y lógicos. Comprensión, razonamiento, toma de conciencia sobre el mundo que nos rodea e indagación. Esta última es una de las palabras que más ha preocupado al personal del Monaita-Mulhacén desde que abrió sus puertas a mediados de los setenta. Una incesante búsqueda de la verdad que se inocula en el hábito del alumno para que la realidad no sea la expresión de lo impuesto, sino el resultado de las inquietudes propias. Y como de indagación va la cosa, basta con ejercerla a través de los pasillos y aulas de las dos sedes durante una jornada lectiva para entender cómo en la implementación de esta metodología el centro ya tenía una gran parte del camino recorrida.
“El alumno debe percibir los cambios de ciclos como una evolución natural en su proceso de aprendizaje”
En la del Mulhacén esta tarea recae sobre Pedro Pasillas. “La biblioteca es un lugar más para la indagación”, resume apenas minutos después de haber planteado un ejercicio para que los alumnos encuentren un libro a través de la deducción lógica y una serie de pistas. No es el único espacio para la búsqueda de la verdad. En realidad, el colegio está plagado de rincones diáfanos en los que la estimulación de la curiosidad y el deseo por ampliar el conocimiento más allá de los límites pedagógicos flotan en el ambiente. Hablar de las aulas, por ejemplo, es hacerlo también de pupitres adaptados para una mejor disposición de los elementos, de clases completamente en inglés o de proyectores que permiten mejorar la comprensión a los más pequeños.
El mayor valor añadido del PEP es que se desarrolla bajo un marco común que da sentido a las asignaturas más allá de los contenidos que abordan. Por eso, en el pabellón del Monaita, las alumnas dan una clase de Educación Física con la naturaleza como telón de fondo. Escalan un rocódromo y recogen varias piezas que albergan conceptos relacionados entre sí. En lo alto de la pared vertical figuran los picos más altos de la provincia de Granada, que queda sobreimpresionada sobre la misma. La naturaleza también está presente en el huerto urbano, enclavado en un entorno sin igual, a las afueras de la capital, lo que le confiere un contacto con la naturaleza imposible de encontrar en el centro de la ciudad.
ALUMNOS CURIOSOS Y PADRES SATISFECHOS
Simular el impacto provocado sobre un edificio por las ondas sísmicas de un terremoto, ahondar en el concepto espacio-tiempo a través de la exploración de los agujeros negros o profundizar en la historia ataviados con trajes de época. Son sólo otros tres ejemplos de entre las muchas aplicaciones pedagógicas que ofrece el Programa de la Escuela Primaria (PEP). Comprensión, razonamiento, toma de conciencia sobre el mundo que nos rodea e indagación son algunas de las palabras que más repiten padres y madres como Javier Pinto, que tiene escolarizados a sus tres hijos en el Monaita-Mulhacén desde hace varios años.
“El cambio más significativo que he percibido en esta nueva etapa está relacionado con la forma en la que entienden ahora el mundo que les rodea. Todos sabemos que los niños llegan a una edad en la que se interesan por el porqué. Tú se lo dices y ahí se queda, pero ahora han avanzado al para qué. Eso me interesa mucho y me gusta”, explica Javier, quien destaca “la ventaja competitiva que representa esa actitud de querer saber de cara al mundo laboral y de las relaciones personales”. Otro cambio que percibe este padre es el de la “evolución en solidaridad”. “Mis hijos ahora muestran mucho más la preocupación que tienen entre sí mismos”, relata con orgullo antes de sentenciar que “si hay algo que le podemos dar a nuestros hijos es la formación y me queda la tranquilidad de saber que están en el mejor lugar posible”.
“Antes mis hijos se quedaban en un porqué y ahora han avanzado al para qué, hemos notado un cambio en la forma de entender el mundo que les rodea”
Lejos de trasnochadas concepciones elitistas sobre los nuevos modelos educativos, Monaita-Mulhacén cuenta con perfiles de todo tipo tanto entre padres como alumnos. Lo demuestra a la perfección Lola Martínez. Como Javier, ella también es joven, pero únicamente tiene una hija. Lola está muy preocupada por educar a su pequeña en un entorno donde prime el equilibrio emocional basado en hábitos de vida saludables, una buena alimentación y el respeto al medio ambiente. “El profesorado y el personal del Monaita están consiguiendo con nuestra hija y sus amigos que tengan la capacidad de pensar por qué ocurren las cosas y para qué lo estamos haciendo”, explica antes de poner como ejemplo el reciclaje: “Ella sabe para qué es cada contenedor y sus colores. Pero va más allá y me plantea, por ejemplo, poner un cubo rojo para guardar, dentro del orgánico, otros desechos”. “Se les está inculcando esa capacidad de ir más allá de lo clásico”, remata.
UN PROFESORADO “MOTIVADO E IMPLICADO”
Instalaciones, protocolos y la propia metodología del PEP serían conceptos vacíos de contenido sin los alfareros de mentes y corazones que son los maestros y profesores. En Monaita-Mulhacén el reto es constante y el esfuerzo por sembrar en el alumno la semilla de la creatividad y la distinción nace del mismo tesón con el que el profesorado rumia diariamente nuevas formas de ofrecer a los niños todo lo mejor que se les puede dar. Una filosofía que va en la línea de lo que significa el Bachillerato Internacional y algo que explica muy bien la propia Marta Campos. “El IB es una metodología exigente en cuanto a planificación colaborativa, lo que requiere tiempo de calidad de los docentes para hacer las cosas bien. Y para eso se necesita trabajo en equipo. Un equipo que forma un profesorado motivado e implicado junto a alumnos, padres y con todo el personal que se implica para que el aprendizaje sea vivencial y significativo”.
Campos recuerda la importancia de la familia, “un factor esencial”, así como de formar alumnos “que realmente quieran cambiar el mundo”. Y tira del hilo para sostener sus palabras con hechos como la importancia que se le da a la educación bilingüe más allá de los propios estándares que le permiten a un centro obtener tal acreditación: “No impartimos una clase de inglés o de francés. Aprendemos la lengua, a través de la lengua y sobre la lengua; sea cual sea”. Por ello, abunda en el concepto de ‘indagación’. “Indagación es auto evaluación, formularse preguntas, tener inquietudes, reflexionar o aprender sobre el propio aprendizaje”, ilustra sin olvidar las exigentes medidas de seguridad ‘anti Covid’ del centro: “A veces sigue sorprendiendo ver cómo los profesores han asumido el protocolo como suyo”.
“La indagación es el proceso natural sobre todo en un niño, pero a veces la pedagogía ha ahogado esa indagación”
Ideas que refrenda Fernando Ruiz. Como Campos en el Monaita, Ruiz es el subdirector de Primaria y coordinador del programa PEP en el Mulhacén. Y lo tiene muy claro: “Aquí la esencia, el centro, es la persona y cada persona merece todo lo mejor que le podamos dar”. El responsable docente engarza la propia vocación de excelencia del colegio con el espíritu mismo del IB: “Hemos encontrado en el IB un filón para seguir creciendo porque, por ejemplo, la indagación es el proceso natural. Cuando a alguien le interesa algo, busca, y más ahora en la era de internet. Y eso se acentúa aún más en un niño, que todavía tiene mucho margen para aprender por su corta edad. Lo que pasa es que, a veces, la pedagogía o la no pedagogía ha ahogado esa indagación natural”.
El coordinador PEP tiene muy claro por qué este programa, y concretamente el Colegio Monaita-Mulhacén, es la mejor elección para aquellos padres que buscan un plus en la educación y la formación de sus hijos, al tiempo que invita a todos ellos a conocer el PEP a pesar de las dificultades que plantea la pandemia: “Hay cosas que si no se prueban no se saben lo buenas que son y hace falta conocerlas, tocarlas… Ahora mismo estamos muy limitados por el Covid, pero nosotros hemos sido siempre un colegio muy abierto. El que quiere vernos, nos ve. Si no podemos mostrarlo en directo porque el Covid no nos lo permite, lo haremos con vídeo o con otros soportes para que los padres puedan comprender el punto de transformación que todo esto supone sobre el profesor, sobre el niño y por toda la comunidad de aprendizaje”.