La familia Santos Tudó vive en el barrio de Los Remedios en Sevilla. Pedro es director de Desarrollo de Negocio en su propia empresa y Belén es analista informática y antigua alumna del colegio Grazalema de Attendis (El Puerto de Santa María). Se conocieron cuando estudiaban Ingeniería Informática y después de siete años de noviazgo se casaron y al poco tiempo nació su primera hija María, hace ya ocho años. Cuando María cumplió tres tuvieron que tomar una de las decisiones más importantes como familia: elegir el colegio de sus hijos.
El cambio a una nueva vida
Belén y Pedro tienen tres hijos: María, en 2º de Primaria, Nacho, de cinco años, y Blanca, la más pequeña, con tan solo un año. Con la incorporación de la madre a la vida profesional, se encontraron con la duda: qué hacemos con Blanca, de tan sólo seis meses. La decisión estaba tomada y la pequeña comenzó en una guardería cercana a su trabajo. Pero cuando les cambió realmente la vida, fue cuando Belén y Pedro decidieron llevar a su hija Blanca con sus hermanos al mismo colegio Adharaz-Altasierra.
Tuvieron muchas dudas. “La idea de montar a nuestra hija de un año en la ruta escolar a las 8.20 de la mañana, al principio para nosotros era un inconveniente”, comenta Belén. “Todavía recuerdo el primer día que los dejé a los tres en la ruta. Sentí una gran paz y un sentimiento de confianza al entregar a Blanca y saber que estaba acompañada por sus hermanos”, cuenta Pedro. “Los dejé con un profesor encargado, y para mí fue como dejarlos ya en el propio colegio”. Y poco a poco he ido experimentando “esa tranquilidad de dejar a los niños en buenas manos, que los van a cuidar como si fueran sus niños. Como si los estuviéramos cuidando nosotros”.
«Vuelven más felices»
Después de nuestra experiencia, “no vemos la ruta escolar de autobús como un obstáculo, sino como un plus. El que el colegio nos facilite la ruta es un valor añadido para nosotros. La distancia de 20 kilómetros es evidente, pero son tantos los motivos positivos que esto es tan sólo un pequeño matiz. Es para nosotros la posibilidad de poder traer a nuestros hijos al colegio, cuando por motivos de horario no podríamos”, explica el padre de la familia Santos Tudó.
María, Nacho y Blanca llegan a la parada de su ruta a las 17.25h. “Nuestros hijos van contentos al colegio y vuelven a casa más contentos todavía. Es decir, que están felices. Para nosotros es un síntoma claro de que los niños están muy bien. Y como padres, es lo más importante”, recalca Belén.
Un estilo educativo pensado en las familias
Belén y Pedro coinciden en que el colegio Adharaz-Altasierra les está ayudando a crecer como familia, como padres, y también como personas. A través de los Cursos de Orientación Familiar, y conferencias para matrimonios: “Nos aporta muchísimo y establecemos relaciones con otros padres, y compartimos inquietudes. Al final nos sentimos como un grupo de amigos que nos reunimos a escuchar sobre un tema que nos preocupa o del que necesitamos ayuda para la educación de nuestros hijos”.
A través de las entrevistas personales, Belén y Pedro siguen y conocen mejor a cada uno de sus tres hijos: “Para nosotros las tutorías son fundamentales. Y en niños pequeños como los nuestros son etapas que tienen cambios brutales”, señala Belén. Y Pedro comenta: “Es en las tutorías donde compruebas lo bien que los profesores conocen a tus hijos. Porque en la tutoría te dan un detalle exhaustivo de lo que hace, de lo que puede hacer mejor, de cómo puede crecer. Trabajamos de manera conjunta el colegio y los padres”. “Te pones tareas, acciones y objetivos para trabajar en casa. Y en el colegio. Para nosotros esto supone una total tranquilidad porque sabes que conocen muy bien a tus hijos”, afirma Pedro.
Belén y Pedro son un equipo. Y eso se nota hasta cuando hablan. Uno apunta una cosa, y el otro la complementa: “Todo tienes que trabajarlo en equipo. Para mí las tutorías son imprescindibles. Te orientan, ves cómo está evolucionando, cómo está trabajando, qué hace bien”. Y termina Belén: “Sirven también para contar lo que vivimos en casa con nuestros hijos. Captan la esencia de cada niño. Y eso es porque están dedicándoles muchas horas y mucho cariño. En definitiva, vamos en la misma dirección en el colegio y en casa. Y eso lo es todo”.