Se armó el Belén en Preschool.
En Puertapalma-El Tomillar, debido al interés y motivación de nuestros alumnos por la Navidad, ¡se armó el Belén en Preschool! El nacimiento de Jesús es una ocasión especial para renovar la ilusión y la esperanza, y también una oportunidad de aprendizaje para los niños. Por eso, sus profesoras han desarrollado una Unidad de Exploración mediante una programación de experiencias de interés muy realista, que tiene como eje principal el Portal de Belén y lo que allí aconteció.
A través de las actividades llevadas a cabo en cada uno de los distintos Espacios de Activos de Aprendizaje del aula, han conseguido representar los oficios y el estilo de vida de las gentes de aquella época. Y sobre todo han captado la atención de los más pequeños promoviendo el interés, el asombro, la sorpresa y la participación activa de todos los niños que de esta forma han alcanzado un aprendizaje más significativo.
Lo más importante es que, haciendo que todos hayan tenido que colaborar en preparación de la venida del Niño Jesús, han podido incorporar valores como la unión, la generosidad, la amistad, la alegría, la colaboración y cooperación.
Os dejamos el vídeo con el Belén que armó Preschool, la transcripción de la historia creada por Carmen Juan, nuestra Coordinadora de Preschool y una galería de fotos para que no os perdáis nada de lo que ha supuesto este magnífico proceso de aprendizaje
¡Feliz Navidad!
SE ARMÓ EL BELÉN EN PRESCHOOL
Por Carmen Juan Rodríguez
En un lugar no muy lejano, en la pequeña aldea de Preschool, vivían unos habitantes, indagadores y exploradores, con una curiosidad natural e innata, que les hacía ser extraordinariamente creativos en todo aquello que realizaban.
Sus calles, poseían una gran estimulación visual, con materiales decorativos y detalles que generaban un sentido de bienestar y serenidad en todo el poblado.
Los babies Preschool, gentilicio que recibían los habitantes de dicha aldea, se encontraban algo nerviosos, porque sabían que se acercaba el nacimiento del Niño Jesús, el hijo de Dios que salvaría a los hombres. Y se pusieron “manos a la obra”, creando multitud de regalos para ofrecérselos.
La calle Living Book, era un lugar de encuentro e intercambio de experiencias que fomentaba entre los vecinos la imaginación y la creatividad, mediante la lectura de libros. Las interpretaciones de las imágenes de los cuentos, les ayudaban a entender el mundo que les rodeaba, por eso, realizaban dramatizaciones con marionetas de los protagonistas del suceso más importante que iba a acontecer.
En la calle Atelier, se podía vivir una experimentación sensorial, a través del arte. Por eso, los Preschool babies que allí vivían, creaban adornos navideños a modo de vidrieras, para decorar el lugar donde el Niño Jesús iba a nacer.
Los vecinos de la calle Steam, se desenvolvían en un ámbito científico y tecnológico, e incluso futurista y minimalista. Pensaron que, al Niño Dios, le gustaría conocer los colores jugando con las ollas traslúcidas y los bloques sensoriales de madera. Por lo que dieron rienda suelta a la imaginación, y con total libertad y autonomía, eligieron los elementos necesarios para experimentar sobre la mesa de luz.
Justamente, en la calle paralela, se divisaba un entorno natural y vivo, muy estimulante para sus habitantes. Era la calle Naturaleza, un mundo tranquilo, silencioso, y seguro, donde se podía observar de manera directa, elementos del entorno como plantas y otros seres vivo. Por eso, recogieron ramas de los setos, corcho y crearon unas coronas que adornarían la cuna del Niño.
La calle Sensorial era un lugar muy especial, cargado de estímulos con un impacto muy beneficioso para el desarrollo de los que allí habitaban. Se podía vivenciar un “despertar de los sentidos”, cuando elegían el juguete-estímulo que querían manipular. Pensaron que, al Niño Jesús, le encantaría decorar un abeto, construir un arco iris… En definitiva: querían provocar con sus regalos curiosidad y asombro, despertando en él, el deseo de investigar, explorar, experimentar y sentir, con cada uno de los materiales que le ofrecerían.
En el centro del pueblo, se encontraba una calle más ancha, el paseo Simbólico. Allí podías encontrarte un espacio representativo con recursos de uso cotidiano. Podías observar a las lavanderas, a los pescadores, a los pastores con su rebaño; y algunos oficios, como los de los panaderos, alfareros y vendedores de frutas. Al tratarse de verdaderos artesanos, pensaron que, a José, María y al Niño, les gustaría recibir como ofrendas: panes, peces, huevos, manzanas, ovejas para que su lana pudiera abrigarles, leña para mantener vivo el fuego… Lo tenían todo pensado, para cuando llegara el gran día.
Y por fin, una noche fría de invierno de un 24 de diciembre, con el cielo claro y despejado, nació el Niño Jesús que era el Hijo de Dios. El rey de nuestros corazones, nuestro salvador, quiso nacer en un pequeño y pobre establo en la ciudad de Belén. Junto a sus padres María y José, y el arcángel San Gabriel, se encontraban un buey y una mula, que ayudaban con su aliento a dar calor al niño que acababa de nacer.
Una estrella que brillaba más que las demás, provocó una gran admiración en tres sabios astrólogos que se encontraban en Oriente: Melchor, Gaspar y Baltasar, eran sus nombres. Ellos sabían que esa estrella significaba que un nuevo Rey había nacido. Los tres sabios, a los que se les conocía como los Tres Reyes Magos, fueron siguiendo la brillante estrella hasta llegar a su destino. Cuando estuvieron en su presencia, le ofrecieron sus regalos: oro, incienso y mirra.
Poco a poco, la pequeña aldea de Preschool, se hizo eco de que el Salvador había nacido y no dudaron ni un momento en coger sus ofrendas y recorrer el largo camino abrupto, repleto de irregularidades en el terreno, que formaban el paraje natural de Baby Fit.
Uno a uno entregaban sus ofrendas y para hacerles compañía, se aposentaron en la calle más cercana, la calle Emocognitivo. Se trataba de un lugar cómodo, acogedor y confortable. Se notaba que era un lugar de recepción y bienvenida. Por ello, una vez que todos los vecinos de aquel lugar entregaron sus ofrendas, decidieron coger sus instrumentos musicales y cantarles unos villancicos con gran emoción.
Y así se acaba la historia de cómo se armó el Belén en Preschool y de la ilusión de sus habitantes al prepararse para recibir en sus corazones al Niño Dios.